Desde el vientre materno nuestros sentidos comienzan su despertar. Uno de los primeros en desarrollarse es el oído. Escuchamos el ritmo del corazón, los ruidos que hacen los intestinos, la respiración de mamá. El bebé siente la música que ella escucha, que hace con su voz, o que interpreta con un instrumento. En los primeros meses escuchamos nanas para dormir. La música se convierte en una compañera casi permanente de nuestra vida.